Fútbol Argentino/Opinion

Diez mandamientos para el próximo presidente de AFA

Peleas, tironeos, declaraciones cruzadas, incertidumbre, política, son algunos de los condimentos que conforman la previa de una elección histórica en el fútbol argentino. Los representantes de los clubes y federaciones que conforman la Asociación del Fútbol Argentino, deberán elegir al primer sucesor del polémico Julio Humberto Grondona, fallecido a finales del mes de julio de 2014.

Marcelo Tinelli, Luis Segura y Alejandro Marón, parecen representar a las tres corrientes que pretenden tomar el poder de la entidad regente de nuestro fútbol. Pero esto puede modificarse en cuestión de minutos, y las elecciones, que deberían realizarse entre diciembre y marzo según lo expresado puertas adentro por el Presidente de Argentinos Juniors y actual mandamás interino de AFA, aún no tienen fecha cierta.

Con todas las diferencias existentes, con la intención de unificación de parte de unos pocos y con posturas firmes y acérrimas en los pensamientos de la mayoría, los intereses están dejando de lado aquello que es más importante: Los puntos fundamentales para cambiar el rumbo decadente que camina nuestro fútbol.

Wembley Fútbol, aspira a una Asociación del Fútbol Argentino que tome en cuenta los siguientes diez mandamientos:

  1. La Selección Nacional

Sagrada, prioritaria, organizada, pensada como una representación y una consecuencia de la realidad del fútbol argentino, la Selección Nacional debe retomar el camino prioritario que tuvo en otros tiempos. La celeste y blanca debe considerarse la marca registrada de nuestro fútbol y debe ser, además, fuente de ingresos importantes, a partir de un nombre: Lionel Messi.

Con el rosarino como estandarte, y con una serie de figuras de primer nivel internacional detrás suyo, la imagen del seleccionado debe ser publicitada y comercializada, de manera que genere ingresos más importantes que los actuales para la Asociación del Fútbol Argentino, que aporten mayores beneficios a la estructura organizacional del fútbol local.

Tal vez, sea hora de utilizar el marketing y colocarle a nuestro representativo un nombre inconfundible, tal como acuñan ‘Los Pumas’ del rugby o ‘Las Leonas’ en el hockey sobre césped, que se utilice como puntapié inicial para una nueva forma de concebir nuestra principal bandera futbolística.

  1. Reorganización de las estructuras futbolísticas a nivel nacional

La AFA, debería retomar con mayor énfasis, aquel intento de federalización del fútbol que parecía esconder la creación del Nacional B a mediados de los años 80. El fútbol, a lo ancho y a lo largo del país, esconde talentos, recursos futbolísticos, pasión y avidez por ver a los grandes de nuestro fútbol en acción. Basta con ver los torneos federales de ascenso donde, aún sin los nombres rutilantes de equipos como Boca Juniors o River Plate, los partidos suelen convocar una buena cantidad de espectadores para apoyar al club que representa a su pueblo. Allí, también suelen surgir talentosos jugadores que, muchas veces por desconocimiento, pasan desapercibidas y causan una pérdida invisible al fútbol argentino.

Hoy, el Consejo Federal, así como las categorías de ascenso de AFA, tienen escaso poder en cada decisión importante respecto a los clubes de Primera División. Constituyen, en mayor medida, un organismo de control en favor de la organización rectora, que una representación cabal de las necesidades del fútbol del interior.

La federalización debe ir más allá de la participación en los torneos nacionales o en la Copa Argentina. La federalización debe consistir en sumar poder de opinión y decisión a cada federación provincial, en un marco de igualdad, que promueva la mejora necesaria del fútbol argentino, tomando en cuenta las diferentes realidades de cada región. El fútbol del interior, tal como ocurrió en el básquetbol con el proyecto Liga Nacional creado por León Najnudel en los años 80, puede convertirse en una fuente de recursos futbolísticos y financieros que se está dilapidando sistemáticamente.

  1. Revisar e imitar ejemplos exitosos

A nivel mundial, existen Ligas con distinto caudal de recursos que han conseguido un gran crecimiento en los últimos años, y han atraído un importante caudal de inversión que benefició tanto a la federación como a los clubes.

Desde el ejemplo de la autónoma Premier League, donde los clubes de primera División son socios en las tomas de decisiones y en el reparto de beneficios, hasta la MLS norteamericana, pasando por Ligas de menor renombre como la A-League australiana, todos los ejemplos contienen datos relevantes para implementar reformas que generen crecimiento y convoquen la llegada de inversores. La AFA debería revisar estos casos, reunirse con especialistas de cada federación y sacar conclusiones aplicables a la realidad de nuestro país, tanto en materia económica, como deportiva.

  1. Atraer al espectador

Más allá de los diferentes niveles de recursos, es una experiencia increíble sentarse delante de un televisor y visualizar en un rápido abrir y cerrar de ojos, las enormes diferencias entre las principales Ligas europeas y nuestro fútbol.

El pantallazo de una Liga como la alemana, donde el golpe de vista nos entrega orden, estadios llenos, prolijidad, puntualidad, show, campos de juego bellísimos y estadios imponentes, choca contra un Vélez Sarsfield-Gimnasia y Esgrima La Plata, en instancias decisivas de la Copa Argentina, donde los jugadores rodean un montículo de tierra en el círculo central, intentando con sus botines, emparejar el sector con el resto de un impresentable campo de juego. Gradas semivacías y un tardío comienzo del encuentro, completan el rápido diagnóstico de una realidad bastante diferente a la del viejo continente.

Si la experiencia la llevamos desde nuestro living al estadio, el tema resulta aún más traumático. Quién concurre a la cancha a ver a su equipo, debe vivir un calvario que sólo la pasión ilimitada de nuestro público puede superar.

Accesos dificultosos, el gasto extra que generan los ‘trapitos’ para que a nuestro automóvil no le ocurra nada, controles insólitos que permiten que ingrese el vándalo pero le quitan el encendedor al ciudadano común, localidades sin numerar que generan la necesidad de ir con bastante antelación al estadio para obtener una ubicación decente, comodidades inexistentes desde el mismo asiento –que muchas veces es un escalón disfrazado- hasta los baños y buffets, falta de resguardo ante las inclemencias del tiempo y, por si fuera poco, violencia. Todo esto, sin tener en cuenta las dificultades que requiere obtener una entrada para partidos importantes, y el pobre nivel futbolístico de los partidos, conforma un cóctel que hace desagradable para cualquiera, concurrir al estadio sin el condimento pasional de por medio.

Con esto, ni el juego, ni las imágenes ni la realidad, atraen al espectador hacia el producto. El fútbol argentino debe volver a ser atractivo, desde todos los ámbitos, para convocar al estadio y para generar un contenido comercializable a precios convenientes, tanto dentro como fuera del país.

  1. Incorporar figuras que jerarquicen la Liga

Probablemente no se trate del mejor momento en cuanto a competitividad económica para atraer figuras que puedan ser representativas de cada una de los clubes de Primera División. Sin embargo, los equipos más importantes, han conseguido el concurso de algunos nombres importantes como Carlos Tévez, Luis González, Cristian ‘Cebolla’ Rodríguez o Diego Milito, entre otros.

La AFA, con el objetivo de crear una Liga más atractiva, debería destinar recursos propios para ayudar a cada club a contratar a un jugador que pueda ser utilizado como imagen, tanto para conseguir ingresos publicitarios –para el club y para la AFA- como para colocarlos como cara visible del prestigio del torneo, como hacen en otro nivel, ligas como la australiana o la norteamericana.

Esto también va a impactar irremediablemente en el juego y podría atraer a otros jugadores del continente a bajar sus pretensiones para utilizar el fútbol argentino como trampolín principal hacia las Ligas más importantes del mundo.

  1. Organizar definitivamente los torneos locales de todas las categorías

Los formatos actuales, en Primera División y en las categorías de ascenso del fútbol del interior, son realmente increíbles. Por la cantidad de equipos o por el desarrollo confuso de la competición. Las permanentes modificaciones en los formatos de los torneos, que finalizaron con este ridículo certamen de treinta equipos en la máxima categoría o con una interminable cantidad de fases en los torneos del interior, deben terminar en un cambio definitivo y a largo plazo, según la conveniencia de cada escalón de nuestro fútbol.

Deben crearse formatos de torneos previsibles, que puedan ser sostenidos en el tiempo y que entreguen claridad tanto en la clasificación a los certámenes internacionales como en los descensos y ascensos en cada categoría. Igual ecuación es aplicable a la Copa Argentina. Una idea brillante pero llevada a cabo sin previsibilidad, con escasa publicidad y con dudosa paridad, entre equipos de bajos recursos que deben realizar viajes de miles de kilómetros para enfrentar a clubes de un presupuesto mucho mayor, que les permite la enorme ventaja de viajar en avión y eludir los interminables desplazamientos terrestres que sufren los primeros.

Del mismo modo, la AFA debe exigir a quienes consigan los derechos de televisación, un fixture claro, definido a largo plazo con fecha y horario de cada partido, para que cada club sepa cuando juega en cada una de las jornadas, sólo aceptando modificaciones excepcionales según el desarrollo de la Copa Argentina y de las competencias internacionales.

Por último, el régimen clasificatorio a los torneos internacional, como los ascensos y descensos en todas las categorías, tendría que ser sencillo, claro y uniforme. Los formatos actuales, son prácticamente indescifrables y no mantienen una unidad de criterio, terminando en situaciones inaceptables como la que envolvió a Boca Juniors, Vélez Sarsfield y Estudiantes de La Plata a principio de año, por un cupo en la última Copa Libertadores, que parecía definido en favor de los de Liniers y terminó en un desempate entre ‘El Fortín’ y los ‘Xeneizes’, que terminó con la clasificación de los platenses como convidado de piedra.

  1. Legislar, organizar y supervisar el futbol juvenil e infantil

El futuro del fútbol argentino y de cada una de las instituciones que lo componen está compuesto por los jóvenes y niños que mañana generaran ingresos millonarios. Es imposible imaginar un futbol argentino que no dependa de las onerosas ventas en moneda extranjera para subsistir.

La desigualdad entre los clubes de mayor prestigio y los pequeños, hace que estos últimos queden desprotegidos ante la llegada de aquellos en busca de un jugador de la cantera a edad muy temprana. Así, clubes como All Boys, pierden a un Carlos Tévez –por citar solo un ejemplo- sin posibilidad de sacar rédito de su formación inicial y todo el beneficio, tanto futbolístico como económico, es disfrutado por el poderoso.

Con este formato, el desequilibrio es cada vez mayor. Los clubes más humildes no tienen posibilidades de crecimiento, mientras las arcas de los gigantes se engordan con lo que no es propio.

Por otro lado, la AFA deberá premiar el trabajo por encima del resultado. La institución regente debe asegurar que la  estructura de divisiones menores de cada club, apunte a la capacitación y no al triunfo a cualquier precio. De esto depende el porvenir de los clubes y de la Selección Nacional.

Es necesario un control sobre el trabajo de inferiores e infantiles, que garantice la enseñanza, los objetivos formativos y el cumplimiento de determinadas pautas que deben ir más allá de un resultado. La AFA debería invertir recursos económicos para impulsar el trabajo de aquellos que mejor se desempeñen en las labores formativas.

Por último, la Asociación del Fútbol Argentino, tendrá que proyectar el trabajo en las divisiones menores del seleccionado, según las necesidades y la planificación del trabajo del representativo absoluto. Las Selecciones menores deben ser pensadas como la Selección Nacional del futuro.

  1. Unificar criterios en los arbitrajes y en el tribunal de justicia

Los fallos arbitrales y las sanciones disciplinarias a jugadores y clubes, han generado polémica permanente a lo largo de la gestión Grondona. La última década y media, ha dejado sobre la mesa situaciones graves tanto dentro como fuera de la cancha que, a igual tenor, ha sido juzgada con diferente dureza.

Las suspicacias que se han levantado detrás de algunos partidos que definieron títulos, descensos, ascensos, y los tendenciosos arbitrajes y sanciones en favor o en contra de algunos clubes, han comprometido seriamente la imagen de transparencia del fútbol argentino.

La AFA deberá trabajar a destajo por normalizar a corto plazo esta situación. Las reglas deben ser claras y las medidas tan ejemplificadoras como parejas para todos. Los grandes y los pequeños deben ser medidos con igual vara ante hechos encuadrados en las mismas formas. La transparencia y la igualdad deben ser características representativas de nuestro fútbol.

  1. Intervenir en la actividad financiera de los clubes

Es indispensable que la AFA tome cartas en la realidad económica de los endeudados y desordenados clubes del fútbol argentino. En primer término, el organismo debe encontrar las maneras de generar fondos que sustenten la actividad futbolística de los clubes y repartirlos de la manera más conveniente, según los comportamientos de cada institución en la materia.

Desde la participación activa en auditorías periódicas hasta la legislación clara y aplicación de sanciones a aquellos que no cumplan con sus obligaciones, la AFA debe ser partícipe de un orden que evite el endeudamiento indiscriminado que hoy cargan varias instituciones a nivel nacional.

La premisa fundamental debe ser no gastar más de lo que ingresa. Pero, para ello, cada club debe tener garantizada una porción de los ingresos que sea suficiente para llevar adelante la actividad futbolística sin necesidad imperiosa de endeudamiento. El endeudamiento, sólo debería permitirse de manera controlada y para proyectos que generen beneficios y crecimiento en plazos pautados. Pero sin control de un organismo que premie y castigue el cumplimiento de las legislaciones establecidas, esto se convierte en un absoluto imposible.

  1. Combatir la violencia

El crítico y enquistado inconveniente que la violencia genera en el fútbol, no escapa a la realidad reinante en la actualidad en la República Argentina. Los violentos parecen controlar cada vez más actividades, y el fútbol es una de las preferidas, debido a las enormes porciones de poder y dinero que se generan a su alrededor.

Si bien no recae exclusivamente en la dirigencia futbolística la solución de este flagelo, es necesario que la AFA exija cierta participación estatal en la generación de estrategias para aminorar el impacto de la violenta situación social dentro del fútbol. Para ello. El acuerdo dirigencial, puertas adentro de la institución, debe ser total y todos los directivos tendrán que encolumnarse detrás de la AFA y es Estado Nacional, cumpliendo con sus responsabilidades al respecto para que nadie quede expuesto en soledad.

 

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